domingo, 5 de febrero de 2012

Biografía de Ken Wilber


KEN WILBER: VIDA Y OBRA


Kenneth Earl Wilber Junior (Ken Wilber) nació el 31 de enero de 1949 en la ciudad de Oklahoma, Estados Unidos. Es filósofo y místico. Su trabajo filosófico se centra principalmente en la creación de una “teoría integral del conocimiento” en la cual se funden las visiones del misticismo, posmodernismo, la ciencia y otros sistemas teóricos para formar una idea coherente del Cosmos. En Conocimiento Cósmico (o conciencia cósmica) Wilber deja en claro que se considera a sí mismo como un narrador y un cartógrafo; sus historias llevan a preguntas universales y sus mapas integran varias perspectivas del cosmos. Su padre estaba en la fuerza aérea. Wilber recuerda las frecuentes mudanzas como traumáticas, pese a ser exitoso en los deportes y ser elegido varias veces como presidente de la clase. “Las personas piensan que eres antisocial, pero eso es un error. Cuando a los 23 años decidí dedicarme a la escritura y la meditación fue difícil para mí dejar de estar con otras personas y pasar mi vida en un rincón”. 

En el año 1968 Wilber se inscribió como estudiante de medicina en la Universidad Duke, pero casi inmediatamente experimentó una crisis de desilusión frente a lo que la ciencia tenía para ofrecer. No fue la psicodelia, en ese entonces de moda, lo que lo inspiró. Fue la literatura oriental, particularmente la de Tao Te Ching, lo que impulsó su conversión. Académicamente perdió ese primer año, pero regresó a Nebraska, se inscribió en la universidad, y se recibió de licenciado en química y biología. Se las arregló para completar esta carrera a la vez que dedicaba su tiempo a la filosofía oriental y la psicología occidental.

Entonces comenzó a estudiar con entusiasmo las Psicologías y Filosofías de las grandes tradiciones de Oriente y Occidente. (...) Había estado dedicando mi vida al estudio de la ciencia sólo para toparme con la lamentable conclusión de que, sin estar equivocada, la ciencia posee sin embargo una perspectiva brutalmente limitada y estrecha. (...) Wilber criticará luego en sus obras no a la ciencia en sí, sino al intento de la ciencia de acaparar toda la realidad (cientifismo).

Posteriormente ganó una beca para hacer sus estudios en bioquímica, pero para ese entonces él ya estaba atrapado por la vida filosófica y contemplativa de la conciencia, y lo rechazó. Wilber describe sus logros académicos como “una licenciatura en bioquímica y un doctorado (sin tesis) en bioquímica y biofísica, con una especialización en el mecanismo de los procesos ópticos”.

Dejó el doctorado y se puso a fregar platos para tener un sustento material que le posibilitara cumplir su sueño: dedicarse a la investigación de la conciencia y a publicar libros. Sus profesores de la facultad quedaron horrorizados. A los 23 años -en 1977- escribió su primer libro, El espectro de la conciencia, que tuvo una gran acogida y estableció su reputación como un pensador original que busca integrar las psicologías de Oriente y Occidente. .

En el año 1972 conoció a Amy Wagner, decidieron ir a vivir juntos y un año después se casaron. Su relación les comprometía a compartir las responsabilidades y Wilber trabajó como lavaplatos durante los siguientes nueve años para contribuir con los gastos de la pareja. Este trabajo insignificante le brindaba estabilidad a la vez que le permitía continuar escribiendo. Wilber nunca disfrutó mucho la escritura, sino que se veía más como un pensador que como escritor. (...) Durante los cinco años siguientes seguí lavando platos, sirviendo mesas, trabajando en una tienda y escribí cinco libros más. (...)

Para afinar sus habilidades literarias se dedicó a copiar todos los libros de Alan Watts a mano, palabra por palabra. Su método durante los siguientes diez años fue estudiar por diez meses aproximadamente, concebir un libro en su totalidad y luego escribir obsesivamente hasta completarlo en dos o tres meses.

En sus obras se encuentran referencias a los grandes filósofos y místicos tanto de Oriente como de Occidente, Platón, Buda, Plotino, Shankara, Ibn Arabi, Maharsi, así como a los grandes pensadores de la modernidad occidental como Kant, Hegel, Freud, Jung, Piaget, Habermas y un largo etcétera.

Eso de que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer no deja de cumplirse en el caso de nuestro autor. Se casó con Treya, una chica elegante y delicada a quien conoció en una cena en casa de amigos. Para entonces comenzaba a ser un escritor cada vez más popular. Tenían apenas unas semanas de conocerse cuando resuelven casarse. A los diez días de su boda le diagnostican a ella un cáncer de mama. El escritor y psicólogo resuelve consagrar su vida a cuidarla. En delante comenzará un doloroso proceso en el que a la vez estudia, escribe, cuida a su esposa convaleciente y lucha por fortalecerse física y mentalmente. De dicha experiencia surgirá el libro: Gracia y Coraje, donde Wilber relata el proceso de la enfermedad de su mujer, mismo que desencadenará en la muerte de ella.

Ken Wilber terminó de redactar su libro Gracia Y Coraje a fines de un mes de Mayo. En el momento del último respiro de Treya, su esposa, caía una lluvia que de tan intensa parecía derrumbar el cielo. El proceso había sido por demás doloroso: más de cuatro años cuidando a su mujer convaleciente. Todos los rincones de su casa de campo en el estado de California fueron invadidos por el cáncer. Por otro lado, el escritor se había fortalecido mental y físicamente, sus libros le permitían vivir de las regalías sin depender de un salario institucional; se tenía principalmente a sí mismo. Colectaba cada vez un mayor número de lectores, leía sin parar, meditaba, escribía durante todo el día; practicaba la contemplación.

En los tres volúmenes de Sexo, Ecología y Espiritualidad (1995), ha criticado aspectos de la cultura occidental, además de movimientos como el "New Age". Según su opinión, ninguno de estos alcanzan la profundidad y detallada naturaleza de la filosofía perenne, el concepto de realidad que subyace al corazón de las principales religiones y que constituyen la base de todos sus escritos. Este trabajo fundamental en su obra ha sido sintetizado en "Breve historia de todas las cosas" publicado en 1996.

Con 21 libros sobre espiritualidad y ciencia traducidos en varios idiomas y publicados en veinte países, Wilber es hoy en día el autor académico más traducido de los Estados Unidos. Es reconocido como un importante representante de la psicología transpersonal, corriente que emerge hacia fines de los años sesenta a partir de la psicología humanista y que se relaciona fundamentalmente con la inclusión de la dimensión espiritual del ser humano. Por la profundidad y originalidad de su pensamiento ha sido llamado "el Einstein de la Conciencia".

Llamado el Einstein de la conciencia, Wilber es considerado como el gran teórico de la Psicología transpersonal, rama de la Psicología que surgió a finales de los años sesenta y que se caracteriza por contemplar las experiencias espirituales, negadas o ignoradas por la Psicología ortodoxa. A pesar de ello, la obra de Wilber no puede circunscribirse únicamente a la psicología, sino que es más bien la obra de un auténtico filósofo de nuestros días, en la que ésta no es sino una de las muy diversas ramas del saber que su obra abarca.

Ken Wilber no se dedica a los estados transpersonales (los que van más allá de la personalidad o ego) desde un punto de vista únicamente teórico, sino también experimental, pues tras más de dos décadas de práctica del Budismo zen, además de otras disciplinas, había alcanzado un grado considerable de despliegue de los niveles transpersonales, aunque nunca se consideró a sí mismo un maestro espiritual, sino más bien un pandit, un estudioso, a la vez que practicante, de disciplinas espirituales.


Wilber lee, investiga y redacta sus obras bajo un plan preciso y planeado con meticulosidad. Pasa hasta seis meses leyendo toda la bibliografía posible sobre un tema, ejercita su cuerpo, que es envidiablemente fuerte y esbelto para los poco más de sesenta años de edad con que cuenta. Practica la meditación con unos electrodos instalados sobre su cráneo calvo. Pretende explorar no sólo por experiencia personal los niveles profundos de la actividad eléctrica cerebral, sino generar evidencias concretas sobre los estados alterados o inusuales de la mente.

Los Diarios de Ken Wilber inician con una observación matinal en la cual narra que desde el amanecer, sus horas han transcurrido leyendo, estudiando y contemplando desde la terraza en su casa de campo la ligera brisa nevada, como una capa azucarada sobre los pinos en el bosque. Se levantó previamente a las cinco de la mañana y meditó durante una hora en la oscuridad, practicó algo de pesas y ejercicios aeróbicos, tomó un baño y un ligero desayuno vegetariano. Para luego transcurrir la mayor parte del resto del día leyendo, estudiando y practicando la contemplación.

Si se sigue con sus diarios, el lector puede darse cuenta que llegar a ese punto dela vida del escritor, en el cual puede dedicarse por completo y con tranquilidad, exclusivamente a lo que le gusta, no fue cosa sencilla. Antes debió renunciar a la tentación de la fama. Una fama que pudo seducirlo, alimentando su narciso, pero también secuestrar su privacidad y su vida independiente. Legiones de sus fans y lectores, así como miles de seguidores de la Nueva Era, se congregaban donde quiera que Wilber impartiera alguna charla, conferencia o presentara algún nuevo libro. El autor tuvo que reflexionar mucho sobre el rumbo que en delante debía seguir su vida, decidirse y ser tajante. Cuando sus libros comenzaban a hacerlo popular, prefirió dejar de dar conferencias, entrevistas y cursos, para dedicarse con exclusividad a lo que más le gusta: estar solo en su casa de campo, contemplar la naturaleza, cuidar de su jardín y de sus palomas, meditar, estudiar, escribir y leer. Recuperar en concreto, su vida privada.

Mediante años de práctica en la meditación, llega un punto, según se lee en los diarios personales del autor, en que se deja de vivir en medio de un divorcio entre la vigilia y el sueño, la conciencia y lo inconsciente. El meditador experto, quien vive en contacto incesante con su Testigo, deja de sentirse identificado con el dolor, el placer, la indiferencia o el sufrimiento. El resultado de ello no es una apatía general ante las emociones, sino una capacidad de vivirlas a mayor plenitud, pues se deja de creer que uno es lo que siente. Conectándose por el contrario con un estado de vacuidad serena y calmada, un Silencio, como el de Budha. Sabiendo que todos los estados emocionales y las circunstancias personales, por problemáticas que lleguen a parecer, son transitorias. No quedando más que el No Nacido, el Silencioso, el Testigo. Gracias al cual el iniciado se convierte en invulnerable, en sutilmente indestructible porque no tiene nada que perder, porque se da cuenta que en el fondo no puede poseer nada, porque así nadie puede causarle ningún daño.

En sus obras encontramos un portentoso despliegue de ecuanimidad, y a diferencia de otros grandes autores, la exposición de su relato es sencilla, metódica y muy asequible para el lector.

Actualmente vive en Boulder, Colorado.



Fuentes:

http://www.acropoliscordoba.org/Fondo/kenwilber.asp
http://es.scribd.com/doc/51228722/Ken-Wilber-Biografia

6 comentarios:

  1. Uno de mis escritores favoritos. aunque su obra aún no me es accesible del todo por la complejidad intelectual. Muy buen artículo!

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  2. Muy interesante, una forma muy amena de presentar a este gran psicólogo.

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  3. personalmente me cautiva toda su obra. Gracia y Coraje me dejó completamente hundida pero a la vez sorprendida. Es sencillamente genial.

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  4. Breve historia de todas las cosas es un libro maravilloso, necesario para comprender este universo en su totalidad.

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